Con el Clásico Mundial de Béisbol fuera del panorama de la mayoría de los dominicanos luego de la derrota sufrida ante Puerto Rico, que provocó la eliminación en primera ronda, queda preguntarse si la República Dominicana podría ser una sede en la edición del 2026.
Lo primero es que tiene que haber una instalación que supere o ronde la capacidad de 30 mil fanáticos para que pueda ser rentable.
El presidente Luis Abinader recientemente anunció que se harán trabajos en el Estadio Quisqueya Juan Marichal en una alianza público privada para remozar el parque capitalino por lo que podría usarse para un evento como este.
Ese es el primer paso. El segundo es que la empresa que se embarque en este proyecto tendrá que pujar contra sedes tan poderosas como la de Miami que solo en la primera ronda movió medio millón de personas y generó millones de dólares en venta de camisetas y accesorios.
El promotor tendrá que invertir en exceso de US$2 millones para un sede de cuatro jornadas. ¿Estarían los fanáticos dominicanos dispuestos a pagar el costo de esas boletas para un evento como tal? Quisiera decir que sí, tomando en cuenta la cantidad de dominicanos que viajaron a Miami.
Pero habría que ver qué arrojaría un estudio de factibilidad y si República Dominicana tiene la capacidad para echar ese pleito.
Si realmente existe una intención de que en algún momento haya una pata del Clásico Mundial de Béisbol, debe ser la edición del 2026, porque el negocio está creciendo mucho y rápido. Quizás si se espera demasiado no habrá chance de verlo.