La campaña de 1995 fue muy especial para Derek Jeter. A finales de mayo, cuando estaba en Triple A, le informaron que los Yankees lo iban a llamar en horas para hacer su estreno en la MLB con la misión de suplir al lesionado Tony Fernández.
El manager de la filial de los mulos, Bill Evers, fue el encargado de decirle al entonces principal prospecto de la franquicia que iría a las mayores para tomar el lugar del campocorto titular.
«Le hice saber que lo subían por poco tiempo debido a que Tony estaba lesionado, y que cuando se recuperara él iba a ser devuelto (a las menores)», le reveló Evers al portal web mlb.com.
Pero esa especie de advertencia del técnico no le importó mucho a Jeter. Estaba feliz por el ascenso y además en plan estelar. Debutó pocos días después en Seattle y se fue de 5-0.
Tras este primer viaje a las Grandes Ligas, el miembro del Salón de la Fama le dio continuidad a una carrera de 20 años en el máximo nivel.