Los más recientes capítulos del documental The Last Dance se adentraron en el día en el que la estrella de los Chicago Bulls, Michael Jordan, decidió retirarse de la NBA en 1994 por falta de motivación tras la muerte de su padre y, según muchos reportes de la época, intentar cumplirle la promesa de jugar béisbol.
Dicha decisión siempre ha estado en discusión entre sus fanáticos y de todos los que siguieron su carrera. ¿Debió haber jugado béisbol? ¿Perdió un año en el tope de sus condiciones? ¿Malgastó sus aptitudes persiguiendo el sueño imposible de llegar a las Grandes Ligas?, son varias de las preguntas que están en la cabeza de muchos seguidores del deporte y, sobre todo, de aquellos que idolatraban a «Su Majestad» y que al verlo jugar en la sucursal Doble A de los Medias Blancas de Chicago se dieron cuenta que no era más que un «ser humano» como cualquier otro, con defectos y debilidades.
Jugar béisbol no fue un error para Jordan, ya que como conté en el pasado aprendió más en un año acerca de lo que significa el esfuerzo y la humildad que en sus nueve años anteriores en la NBA, en donde era – y es -visto como un Dios, prácticamente invencible.
Sin embargo, una de las discusiones que se desprendieron de los últimos episodios de The Last Dance es si Jordan pudo haber llegado a las Grandes Ligas de haber tenido más tiempo para perfeccionar su swing y habilidades defensivas. ¿Realmente era Jordan un superdotado? ¿Pudo haber estado en un roster de MLB de haber tenido más tiempo y oportunidades?
Para el manager de los Indios de Cleveland y para ese entonces de Doble A de los Medias Blancas, Terry Francona, la respuesta en sí.
«En mi opinión, con uno 1,500 turnos más al bate él hubiera encontrado la forma de llegar a las mayores», dijo Francona en el documental. Sin embargo, esta afirmación ha sido de lo más polémico de la serie televisiva. El béisbol no es tan fácil como lo pintan algunos; muchos ciegos por la divinidad de un personaje como Michael Jordan.
Jordan dejó average de 202, se ponchó 114 veces y cometió 11 errores en su primera incursión en la pelota. Además se robó 30 bases y empujó 51 carreras. No obstante, su OPS fue apenas de .556. Si bien muchos pudieran sorprenderse por el número de estafadas, en general sus números no dan un indicativo de que Jordan hubiera podido llegar a integrar un roster de MLB. La intensidad con la que se juega al nivel de ligas menores – por el hecho de desarrollar a los prospectos de una forma metódica – quizás hizo que Jordan jugará con menos presión y junto a jugadores que lo veneraban por sus logros en la NBA. En varios reportes se desprende que muchos de sus rivales inclusive le indicaban qué pitcheo vería antes de hacer un swing. Para muchos Jordan era un espectáculo que impulsaba la popularidad de las ligas menores y hacía visibles a los que lo rodeaban. Todos ganaban con su tan sola presencia.
Frank Thomas, la leyenda de los Medias Blancas en aquella época, catalogó la llegada de Jordan a la organización como un «circo» y, quizás, eso era lo que sentían muchos en ese entonces.
«Fue un espectáculo de locos», dijo Thomas a Chuck Garfien en el podcast de los White Sox Talk. “Fue emocionante para el equipo porque teníamos mucha gente mirando los juegos todos los días y mucha fanfarria, pero fue un poco loco”, agregó Thomas, que venía de ser elegido al All Star en 1993 y en 1994 bateó para .353 con 38 jonrones, 101 carreras impulsadas, fue líder de slugging con .729 y MVP de la Liga Americana.
Para Jordan su incursión en el béisbol fue más que un break de la NBA. Ahí aprendió muchas cosas, pero aseverar que pudo haber sido un grandeliga es un poco atrevido y hasta una falta de respeto para todos aquellos jóvenes que pasan años en las ligas menores esperando el llamado del equipo grande. Tenemos el ejemplo de un jugador mediático como Tim Tebow (Mets de Nueva York) en la actualidad. Se necesita mucho más que ganas para establecerse en la MLB.