Boston conquista Oakland (95-128)
Llevaban 1-5 tras el All-Star, una mísera victoria entre un mar de derrotas. Eso habían sido los Celtics últimamente, un equipo blando y previsible, como desunido, que sin embargo ayer espantó de golpe todos los fantasmas que le acechan en esta temporada extraña y arrasó Oakland, y a los Warriors, con una paliza revitalizante (95-128). Golden State sufrió la derrota más alta de la temporada, 33 puntos de diferencia los asestados por los hombres de Brad Stevens a los líderes de Oeste y actuales campeones de la NBA, que llegan así a los 20 partidos perdidos. Para los Celtics, quinto puesto del Oeste, 38-27 de balance y más que por su impacto clasificatorio, el triunfo es una recarga moral de pilas.
Hayward renace
Para el alero no se trata de una 2018-19 sencilla, puesto que no ha terminado de coger el ritmo de manera regular tras su grave lesión en el primer duelo de la 2017-18 que le dejó un curso entero en el dique seco. Anoche, Gordon Hayward recordó por momentos al gran jugador que fue antes de la desgracia, al gran jugador que todavía es. Firmó 30 puntos y existieron instantes en los que no fallaba una, infalible. Esas 30 unidades son su segunda mejor marca del curso, igualada a los 30 puntos anotados ante Minnesota y superada solo por un duelo de 35 tantos, también a los Timberwolves.
Al igual que los Celtics en general, la vuelta del All-Star había sido calamitosa para Hayward. Hasta ayer, 12/16 en tiros de campo, 4/6 en triples, 7 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y un +32 con él en pista. En la pista del Oracle Arena de la que se despiden para siempre los Celtics, a no ser que haya unas Finales con ambos contendientes. Menuda manera de hacerlo.
Aunque en una versión menor de lo que es capaz de ofrecer, Hayward ha hecho historia en esta temporada con los Celtics desde su rol en la segunda unidad. Los 30 puntos de ayer le permiten ser el tercer suplente de siempre en Boston que registra tres partidos de al menos 30 puntos en una misma campaña. Antes lo hicieron Kevin McHale (5 duelos en el 1983-84 y otros 5 en el 1989-90) y Ricky Davis (3 choques en la 2004-05).
Los Warriors, fuera desde el principio
Mal martes para Golden State, incapaz de ponerse por delante en el marcador ni un solo segundo. Los de Oakland, que llegaron a perder por 35 puntos, naufragaron con 21 pérdidas, una velada para olvidar desde el triple (8/35) y una primera mitad en la que, tras el 24-41 del segundo cuarto, tenían ya todo perdido (48-73). Solo Stephen Curry, 23 unidades, se salvó un poco. Kevin Durant hizo 18 puntos, pero 5/16 en tiros, con 0/5 en triples.
Esta es la peor derrota de Golden State en casa desde que el 28 de noviembre de 2009 también perdieran por 33 puntos, contra los Lakers (Datos de ESPN). Ese día, el quinteto titular estaba formado por Stephen Curry, Monta Ellis, Corey Maggette, Vladimir Radmanovic y Mikki Moore.
Para Boston, excelente manera de empezar su gira por California, donde luego rendirá visita a los Kings y doble compromiso en el Staples Center contra los Clippers y los desastrosos Lakers. Kyrie Irving, 19 puntos y 11 asistencias, dio el liderazgo en los titulares mientras que Jaylen Brown, 18 tantos desde el banquillo, completó el gran trabajo de Hayward desde el bando suplente.
Una las razones del renacimiento de los Celtics, que con 38 asistencias firmaron su tope en lo que llevamos de curso, pudo ser la charla que mantuvo Irving con Danny Ainge y con Brad Stevens y a la que se refirió tras el duelo, en declaraciones recogidas por Brian Robb, reportero de Boston Sports Journal: “Hablar con Brad y hablar con Danny ha sido muy útil. Eso es mejor que habérmelo quedado todo dentro e hizo que fuera más sencillo salir a jugar y disfrutar”.
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