NUEVA YORK.─ Los cánticos se escucharon durante la sexta entrada del domingo por la noche, extendiéndose a lo largo y ancho del Yankee Stadium y creciendo en volumen con cada entonación. “¡Queremos a Soto!”, gritaba la multitud, suplicando con la esperanza de que Juan Soto tomara un bate para una aparición sorpresa como bateador emergente.
Trent Grisham tomó nota. Mientras el dominicano Soto permanecía en el dugout por tercer juego consecutivo debido a una inflamación en el antebrazo izquierdo, Grisham respondió con un jonrón de tres carreras ante Tyler Glasnow que adelantó a los Yankees. Aaron Judge añadió su 24mo cuadrangular, la cifra tope en las Grandes Ligas, impulsando a los Yankees a una victoria de 6-4 sobre los Dodgers en el Bronx.
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“Sí, los escuché”, dijo Grisham con una sonrisa. “No se trataba de eso. Solo estaba contento de poder estar presente en el momento, preocuparme por mí mismo y pegarle a la pelota con un buen swing”.
El tiempo de juego ha sido escaso esta temporada para Grisham, un defensor de primera categoría adquirido de los Padres en el cambio de diciembre que trajo a Soto a los Yankees.
También lo han sido los hits. Cuando el manager Aaron Boone llenó la tarjeta de alineación con Grisham bateando de quinto el domingo – buscando equilibrio con un bate zurdo – se arriesgó apostando a que Grisham rendiría mejor de lo que representaba su promedio de bateo de .083.
“Grish puede pegarle a una recta, y no la dejó pasar”, comentó Boone. “Estoy muy emocionado por él. Ha sido un muy buen compañero de equipo durante todo esto. Ha estado listo. Ha aceptado su rol. Ha tenido un poco de oportunidad esta semana y la ha aprovechado”.
El bambinazo de Grisham a las gradas del jardín derecho fue su tercer jonrón de la campaña y apenas su quinto hit en 50 turnos al bate, devolviendo la ventaja a los Yankees después de que el vuelacercas del dominicano Teoscar Hernández en la sexta entrada había sacado del juego al abridor de los Yankees, el también dominicano Luis Gil. En el dugout y en las bases, los compañeros de equipo de Grisham estallaron de alegría.
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“Para él, dar un jonrón tan importante fue muy especial”, aseguró Judge. “Dugey [Alex Verdugo] y yo estábamos gritando y festejando mientras corríamos por las bases”.
Judge dijo que “no estaba muy contento” con los cánticos pidiendo a Soto.
“Grisham trabaja muy duro todos los días”, apuntó Judge. “Soto está fuera ahora, pero volverá pronto y ha estado cargando con el equipo todo el año. Cada vez que te enfrentas a equipos como este, los aficionados pagan para vernos hacer nuestro trabajo. Quieren ver a los mejores en el terreno.
“Soto se recuperará bien, pero Grish es un gran jugador y lo demostró esta noche en un momento crucial cuando lo necesitábamos. No estaba muy contento con los cánticos, pero creo que Grisham hizo un buen punto; dejó claro su mensaje con ese jonrón”.
La multitud ofreció una especie de disculpa durante la siguiente visita al plato de Grisham, iniciando un cántico de “¡Queremos a Grisham!”.
“Me gustaron esos”, confesó Grisham, quien añadió que el ingrediente más importante para su temporada hasta ahora ha sido “la paciencia”.
El venezolano Oswaldo Cabrera bateó un jonrón temprano y Judge ligó un doble impulsor para darle a Gil la primera ventaja de la serie para los Yankees. Aunque Gil permitió tres carreras en 5.1 innings, rompiendo una racha de siete aperturas permitiendo una o ninguna rayita, el enfrentamiento con los Dodgers fue una excelente prueba para el novato derecho.
El papel de Gil para una carrera de postemporada aún está por determinarse. Si bien no hay un límite fijo de entradas para Gil, el equipo está monitoreando de cerca sus entradas. Ya sea como abridor o relevista, este fue un entorno cercano al nivel de talento rival contra el cual se necesitaría a Gil para conseguir outs importantes.
“Realmente me gustó esta salida, de hecho”, dijo Gil. “Fue una batalla. Tienen una alineación muy buena. Poder salir ahí y enfrentarme a estos muchachos fue divertido. Al final de todo, lo más importante es que tuvimos la oportunidad de ganar este juego, y lo logramos”.
Tan fuertes como fueron los aplausos por el jonrón de Grisham, fueron comparables en el séptimo, cuando Luke Weaver salió de un problema al hacer que Mookie Betts bateara para un doble play. Shohei Ohtani desafió el brazo de Judge para anotar en un elevado sacrificio en el octavo, y luego el cuadrangular de Judge en el octavo inning hasta las gradas del segundo piso en el jardín izquierdo le puso el toque final a la pizarra en esta memorable serie.
“Nuestros fanáticos están emocionados. Eso es lo más importante que noté”, mencionó Judge. “El estadio estuvo lleno, desde el primer lanzamiento hasta el noveno inning. Los fans estaban ahí gritando, animando, apoyándonos. Eso es lo que buscas como jugador de béisbol. Hemos estado ahí afuera, haciendo nuestro trabajo en primer lugar”.
«Sé que el trabajo no está terminado, pero ver ese apoyo de los aficionados este fin de semana en un gran duelo como este fue bastante especial”.
Bryan Hoch/MLB.com