PHOENIX.─ Al igual que su hermano Albert, Robert Suárez ha tenido una trayectoria como lanzador profesional de muchas vueltas, muchos altibajos y, en este momento, bastantes éxitos.
El relevista venezolano de los Padres ha disfrutado de un gran inicio del 2024, ganándose el puesto de cerrador en un equipo de San Diego que tiene fuertes aspiraciones a ser uno de los tres Comodines de la Liga Nacional tras el cambio por el también venezolano Luis Arráez. Claro, sería mucho pedir ganarles la División Oeste de la Liga Nacional a los poderosos Dodgers.
Tras un 2023 bien difícil – la primera temporada de un contrato de cinco años y US$46 millones que firmó en noviembre del 2022 – Suárez ha retomado el camino positivo en San Diego ahora, con una sola carrera permitida en 13.2 entradas, producto de un jonrón. Está de 10-10 en oportunidades de juego salvado y comparte el segundo lugar en dicho departamento de Grandes Ligas, a la vez que ha ponchado al 22.9% de los bateadores enfrentados (11 de 48), con apenas cuatro bases por bolas y un brillante WHIP de 0.805.
De esa manera, Suárez ha llenado el vacío dejado por el taponero Josh Hader, quien firmó con los Astros durante el invierno.
“Es la preparación”, dijo Suárez al tratar de explicar su excelente arranque del 2024. “Más que todo, mantenerme saludable y salir ahí a ejecutar mi plan todos los días”.
El nuevo dirigente de los Padres, Mike Schildt, no quiso comprometerse con un cerrador en particular durante los entrenamientos. Pero ahora, el piloto reconoce que la primera opción del equipo siempre fue Suárez. Y el diestro no ha defraudado para nada.
“Desde el principio, teníamos bastante buena idea de quién iba a ser el encargado (del noveno episodio)”, expresó Schildt. “Se le dio oportunidades y él premió eso en grande, con la manera en que ha lanzado. También ha podido encargarse al final de la octava entrada, además de la novena, cuando ha tenido el descanso apropiado”.
La carta de presentación de Suárez, veterano de los circuitos de México y Japón antes de debutar en Grandes Ligas en el 2022 a los 31 años, es la velocidad de su bola rápida. Ahora a sus 33 años, el 2024 no ha sido la excepción. El oriundo de Bolívar ha utilizado la recta el 78.0% del tiempo, mezclándola con un sinker (11.8%) y un cambio (10.2%). La velocidad de la recta promedia 98.3 millas por hora, en el 97 percentil de las Mayores. Ahora en salud tras una campaña del 2023 que lo vio con una dolencia en el codo de lanzar y luego una suspensión por una sustancia pegajosa en la mano, Suárez ha vuelto a arrasar sobre la lomita.
“Está tirando muchos strikes de calidad, dominando al principio de los conteos”, comentó Schildt. “Está atacando, estando consciente de lo que está haciendo. Ha podido usar esa recta élite, que es su marca de fábrica, para sacar outs grandes”.
Ahora con nueva vida en el clubhouse gracias a la adición de Arráez, los Padres tienen otra postemporada en la mira, como la del 2022, cuando Suárez brilló en las series contra los Mets y los Dodgers.
“Obviamente, bien”, dijo Suárez sobre el ambiente ahora mismo en San Diego. “Emocionado de estar aquí, en el mejor nivel del béisbol que hay, en un tremendo equipo con tremendos compañeros. Eso es muy emocionante.
“Yo pienso que soy 100% competitivo”, continuó el derecho, quien lleva una brillante efectividad de 0.66 hasta ahora en la temporada. “Gracias a Dios, firmé mi contrato, pero salgo allí a competir 100% para ayudar al equipo a ganar juegos”.
¿Y ahora con Arráez en las filas de los Padres?
“Contento”, manifestó Suárez. “Es mi paisano y así el equipo se ve mejor. Y bueno, a ganar más juegos”.
David Venn/LasMayores.com