CLEVELAND.─ Rara vez hay preocupación por el bate del dominicano José Ramírez cuando hace un poco menos de ruido de lo habitual durante un arranque lento, pero por si acaso comenzaban a surgir algunas preguntas, se encargó de borrarlas todas de manera dramática el jueves.
Con las bases llenas en el segundo inning, Ramírez ganó una batalla de 10 lanzamientos contra el abridor de Boston, Chase Anderson, al conectar un grand slam de 384 pies que resultó ser la diferencia en la victoria de los Guardians 6-4 sobre los Medias Rojas en el Progressive Field.
“En primer lugar, Austin Hedges dijo que batearía uno [un grand slam]”, dijo el abridor de los Guardianes, Triston McKenzie, con una risa. “Creo que siempre esperas que [Ramírez] haga cosas grandes, pero cuando realmente sucede, estás muy contento por él y por el equipo”.
Finalmente, Ramírez fue recompensado tras hacer varios contactos de calidad contra los Medias Rojas que no habían dado frutos. Este fue el séptimo enfrentamiento entre los dos equipos este año. En los primeros seis, dio 12 batazos duros (de al menos 95 mph) pero se fue de 25-3 (.217) en general con un jonrón. Después de un sencillo en la primera entrada el jueves, Ramírez se puso adelante 3-0 en la cuenta en su segunda visita en el plato. Vio pasar una recta cortada y abanicó en blanco otro para llegar a 3-2. Luego, dio fouls contra cuatro cutters seguidos. ¿El quinto cutter? La bola saltó del bate de Ramírez a 107.8 mph para dar así el sexto grand slam de su carrera.
“Alguien como José obviamente está aprendiendo con cada lanzamiento”, explicó el mánager de los Guardianes, Stephen Vogt. “Siguió usando el cutter, siguió usando el cutter y luego vio uno en su zona de poder y no lo desaprovechó. Así que increíble turno al bate por parte suya”.
Ramírez ahora está empatado en sexto lugar en la tabla de grand slams de Cleveland. El también dominicano Manny Ramírez lidera con 13, Travis Hafner tiene 12 y Al Rosen conectó nueve, Albert Belle y Jim Thome tienen siete cada uno, mientras que Ramírez está empatado con Andre Thornton y Rocky Colavito con seis. El batazo también marcó el hit número 1,353 de Ramírez, lo que lo empató con Thome en el duodécimo lugar de hits de todos los tiempos de Cleveland. Ramírez conectó un sencillo en el séptimo para tomar posesión exclusiva del duodécimo puesto.
Un grand slam siempre es impresionante, ¿pero qué hay de un jonrón después de ver al menos 10 lanzamientos? Según Sarah Langs de MLB.com, el jonrón del jueves fue el cuarto de Ramírez en una aparición de 10 o más pitcheos. Solo otro jugador de Cleveland tiene más de un vuelacercas en tales apariciones desde que se comenzaron a rastrear los conteos de pitcheos (desde 1988): Casey Blake con dos.
A nivel general en MLB, solo tres jugadores tienen más de cuatro bambinazos en visitas al plato de al menos 10 envíos desde 1988: Todd Helton (ocho), Paul Konerko (siete) y Paul Goldschmidt (seis).
“Siento que la única ventaja que puedes obtener [en un turno de bateo largo] es que llegas a ver el lanzamiento en el que el lanzador confía plenamente”, explicó Ramírez. “Puedes concentrarte en intentar responder [contra] ese lanzamiento”.
Ese swing fue el momento del juego. Fue la razón por la que los Guardianes pudieron evitar perder apenas su segunda serie de la campaña. Pero ese no fue el único momento en que Ramírez robó el protagonismo. Después de su sencillo en la séptima entrada, Ramírez se robó la segunda y terminó en tercera después de un mal tiro del receptor Reese McGuire. Unos pocos lanzamientos más tarde, la pelota se le salió de la mano a McGuire mientras la transfería del guante a la mano, y rodó lo suficientemente lejos como para que Ramírez saliera corriendo hacia el plato.
“Eso es simplemente lo que él hace”, añadió Vogt. “Quiero decir, él hace que las cosas sucedan… Parecía que no iba a irse [al home] pero luego vio al pitcher [cerca del montículo] y se dio cuenta de que podía llegar. Así que quiero decir que es simplemente cosa de estar alerta. Es agresivo, es inteligente, es todo lo que podrías desear en un jugador de béisbol”.
Esto no es algo nuevo para los Guardianes. Aunque Vogt está en su primera temporada con el club, él sabía todo esto sobre Ramírez cuando era su oponente. No importa lo que esté haciendo ofensivamente, su impacto corriendo las bases nunca sufre. Y cuando su bate está callado, nadie en la organización entra en pánico. Una vez más, ha demostrado que es solo cuestión de tiempo antes de que el bate despierte.
“Miren, llevo mucho tiempo en este juego y sé que cuando estás dándole a la pelota bien, tarde o temprano los resultados llegarán”, recordó Ramírez. “Sé que la temporada es larga y cosas buenas van a suceder si sigues haciendo las cosas correctas”.
Mandy Bell/MLB.com