Semanas después de haber “encontrado la manera”, los Mets se vieron al borde de un gran tropiezo el miércoles, con una ofensiva apagada que estaba a punto de recibir un no-hitter por novena vez en la historia de la franquicia.
Necesitaban un catalizador. Más que eso, un héroe. Fue en ese momento que el puertorriqueño Francisco Lindor se paró en el plato para iniciar el noveno episodio.
Lindor conectó una recta de Bowden Francis que aterrizó en los asientos del jardín derecho del Rogers Centre, terminando el intento del sin hit de los Azulejos e iniciando un ataque de seis carreras que llevó a Nueva York al triunfo por 6-2.
“Nunca he cuantificado cuán grandes son los hits, pero éste se sintió muy bien”, expresó Lindor. “Fue uno de esos batazos que elevan las vibras de todo el clubhouse”.
El boricua fue quien eventualmente despertó a una ofensiva que había estado apagada durante buena parte de la serie.
THAT SEEMED PRETTY VALUABLE@Lindor12BC | #LGM pic.twitter.com/CRRB1g7aMq
— New York Mets (@Mets) September 11, 2024
El jonrón número 31 del año de Lindor terminó con la apertura de Francis y les dio vida a los Mets. Después de celebraciones, gritos y abrazos para recibir al torpedero en el dugout, Lindor intercambió unas palabras con sus compañeros, Pete Alonso, el dominicano Mark Vientos y el cubano José Iglesias. Ahora era el momento de ganar el partido.
“[Iglesias] nos dijo a Vientos, Pete y a mí, durante el cambio de lanzadores, ‘Vamos a dar todo lo que tenemos’”, reveló Lindor. “Y eso fue literalmente lo que hicimos. Dimos todo lo que teníamos”.
Iglesias siguió a Lindor con un sencillo. Después, hubo dos boletos consecutivos que llenaron las bases. Un par de elevados de sacrificio pusieron a los Mets arriba, antes de que el venezolano Francisco Álvarez culminara el ataque con un bambinazo de tres rayitas, garantizándoles a los Mets su quinta serie ganada en forma consecutiva y sacando ventaja de 1.0 juego sobre los Bravos en la puja por el tercer Comodín de la Liga Nacional.
Fue la quinta vez en la historia de la franquicia que los Mets ganan un encuentro después de no poder conectar hits ni fabricar carreras tras ocho entradas, según el Elias Sports Bureau. La última vez fue el 31 de julio de 1983. Las seis carreras anotadas el miércoles son la mayor cantidad para un equipo que no había conectado imparables en los ocho capítulos iniciales de un encuentro en la era de la expansión (desde 1961), según Elias.
“Una vez Lindor le dio a esa pelota, se podía sentir. Podías sentir el cambio de ánimo”, dijo el manager del club, el venezolano Carlos Mendoza. “Esto es algo que hemos estado hablando como equipo: Encontrar la manera de ganar un partido de béisbol. Tienes que ejecutar. Tienes que ser consciente de dónde estás y… de la situación”.
Y si todo lo demás falla, apela al candidato a JMV.
Julia Kreuz/MLB.com