Con los Guardianes trabajando en un juego perfecto combinado en el séptimo inning, el jardinero de los Rojos, TJ Friedl, tocó la pelota a la perfección para comenzar la entrada y romper la joya la noche del miércoles.
Friedl, que batea a la zurda, tocó la bola por la línea de la primera base, donde el relevista zurdo Tim Herrin atrapó la pelota, pero su tiro a primera llegó tarde. Herrin era el quinto lanzador en entrar al juego por los Guardianes, que habían decidido irse con un “juego de bullpen”.
Se escucharon abucheos desde las gradas en el Progressive Field, y el comentarista de los Rojos, John Sadak, respondió a los mismos diciendo: “Adelante, abucheen, sigue siendo un juego cerrano, está 2-0”.
“Eso es lo que yo hago, no hay sorpresa”, dijo Friedl. “He conseguido muchos hits tocando contra lanzadores zurdos, y estoy jugando béisbol. Era un partido 2-0, y ellos tenían un juego perfecto”.
“Sé que a los aficionados no les gustó, pero eso es parte del juego de [Friedl]”, dijo el manager interino de los Rojos, Freddie Benavides.
Créalo o no, el hit tocando de Friedl no fue la primera vez que un jugador de Grandes Ligas interrumpió la historia, ya que Ben Davis de San Diego rompió el juego perfecto de Curt Schilling con un toque en la octava entrada el 26 de mayo de 2001.
“Si fuera un abridor en el séptimo inning, eso es un poco diferente que un juego de relevistas con su quinto lanzador en el montículo”, añadió Friedl.
Friedl avanzó a segunda por un error en tiro cuando intentaron sorprenderlo en primera y luego anotó con un sencillo del dominicano Elly De La Cruz, terminando también con el blanqueo de Cleveland.
Los Guardianes terminaron imponiéndose por 5-2, liderados por un jonrón de tres rayas de José Ramírez. De haberse completado, habría sido el primer juego perfecto combinado en la historia de las Grandes Ligas.