Turín, Italia.- El portugués Cristiano Ronaldo firmó un demoledor triplete este martes para darle al Juventus un triunfo por 3-0 contra el Atlético Madrid y meterle en los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras remontar el 2-0 adverso de la ida y sellar una hazaña histórica para el cuadro turinés.
Dos cabezazos y un penalti, transformado en el minuto 86, castigaron la pasividad de un Atlético que salió a defenderse y que terminó quemándose ante el hambre, el carácter y las insaciables ganas de gloria de Cristiano.
La ilusión de la ida se convirtió en pesadilla para el Atlético, que tuvo que despedirse en octavos de la Liga de Campeones y decir adiós a la posibilidad de jugar la final en su estadio, el Wanda Metropolitano.
En un ambiente eléctrico, con 40.000 aficionados, el conjunto de Allegri saltó al campo decidido a conseguir una hazaña.
No podía temblar el Atlético, que recuperó al uruguayo Diego Godín en la zaga, ante un Juventus que saltó al césped para presionar cada balón en el intento de marcar el territorio desde el comienzo.
El primer aviso tardó menos de 4 minutos en llegar, con un gol correctamente anulado a Giorgio Chiellini por una falta de Cristiano al meta esloveno Jan Oblak. El zaguero había aprovechado un rebote en el área en una acción parecida a la de la diana de José María Giménez en el Metropolitano.
Era el partido que el Atlético preveía, pero el ímpetu del cuadro turinés puso contra las cuerdas a los hombres de Diego Pablo Simeone, que intentaron mantener las líneas muy juntas, sin lograr contener el hambre “bianconero”.
Hubo además un cambio táctico que mezcló las cartas y que aumentó el sufrimiento rojiblanco. El Juventus, saltado inicialmente al cam- po con un 4-3-3, pasó a un 3-5-2, con el alemán Emre Can que integró la defensa y Leonardo Spinazzola y el portugués Joao Cancelo, que se sumaron al centro del campo, dando más amplitud al juego.
Y, pese al esfuerzo del francés Tomas Lemar y de Koke Resurrección en las bandas, al Atlético le costó cerrar espacios y aún más acercarse al área rival. La presión del Juventus se hacía cada vez fuerte y la resistencia rojiblanca se acabó en el 27. Bernardeschi centró desde su banda izquierda y Cristiano no dio opción a Juanfran, adaptado en el lateral izquierdo, cabeceó con contundencia y fulminó a Oblak.