La serie de los Titanes del Caribe entre Tigres del Licey y Águilas Cibaeñas, programada a celebrarse del 8 al 10 de noviembre, con las primeras dos fechas pautadas para el Yankee Stadium y una tercera en el Citi Field, está a punto de morir.
Desde noviembre del año pasado, el evento ha sido torpedeado por las partes involucradas y aún cuando se firmó un acuerdo a principios de septiembre, todavía hace una semana el presidente del Licey y de la propia Lidom decían que había dudas sobre la celebración de la serie de tres juegos.
Ya se informó que los juegos en el Bronx no van y en Queens solo hay disponibilidad para un partido de los tres. ¿Entonces para qué seguir?
La negatividad hacia la serie resultó ser demasiada, a pesar de que los equipos participantes y Lidom recibirían US$2.3 millones, sin contar todos los costos cubiertos.
Después de haber producido millones de dólares el año pasado, las estimaciones para el 2024 eran de perder por encima de US$2 millones por todo lo sucedido.
No entiendo por qué siguen dándole vueltas al tema. Lo mejor sería organizarse mejor y si se quiere repetir la experiencia del 2023, lo justo es que se organicen, se pongan de acuerdo con tiempo y se preparen para hacerlo mejor en el 2025.
Es lamentable que en vez de impulsar una serie que sirve para promover la expansión de la liga y que tiene la posibilidad de funcionar como una nueva fuente de ingresos para Lidom, no se hayan podido poner de acuerdo para hacer las cosas bien.
Ahora solo queda lamentarse y aspirar a que en algún momento se pueda hacer de nuevo.